Moli Nou

Estudio publicado: 6 de noviembre de 2019. Carmen Cárcel García.

Este molino está situado sobre el cajero principal de la acequia de Mestalla en la partida de Dalt. En el momento actual el edificio está completamente en ruina debido al abandono del que ha sido objeto a partir de su inactividad en estos últimos ocho años. Entre los escombros de las construcciones posteriores anexas que han sido derribadas aún se puede distinguir los dos edificios más interesantes, el original y el del siglo XVIII manteniéndose en pie a duras penas.

Al parecer su origen es medieval aunque su construcción bien pudo realizarse durante la época cristiana y de ahí el nombre de Molino Nou. Se tiene constancia de él en el siglo XV como propiedad de los monjes de Saïdia, se mantuvo en esta situación mediante sucesivos arrendamientos periódicos a molineros, hasta la llegada de la desamortización de Mendiabal en el siglo XIX. Hay testimonio de su trayectoria en diversos escritos, así se sabe que en 1812 se hicieron obras en el Molino y en 1827 fue arrendado a un molinero, Vicente Llongo I Sancho, vecino de Campanar. A finales del siglo XIX se instala una máquina de vapor y se construye una imponente chimenea. En el siguiente siglo el molino hizo una reconversión y pasó de ser un molino harinero a desempeñar otras actividades como el curtido de pieles y la elaboración de piensos para el ganado (GUINOT, SELMA, 2005).

En cuanto a su arquitectura, es un edificio que ha sufrido importantes ampliaciones durante el siglo XVIII y especialmente en los siglos posteriores, XIX y XX, cuerpos y naves que han modificado y enmascarado completamente su aspecto original. El cuerpo primitivo debió constar de una única nave alargada, situada en posición transversal al cajero de la acequia, de una única crujía, dos plantas y cubierta a un agua con pendiente hacia la fachada principal situada al este. En la fachada de la que sólo, hoy en día, es posible apreciar la parte superior por la cantidad de cuerpos y naves adosados al original, se evidencia la regularidad de sus ventanas y la simplicidad estética de la misma. La fábrica estaba realizada de mampostería basta.

Destaca también un segundo cuerpo adosado al primero que se construiría durante el siglo XVIII. Se trata de una nave longitudinal de dos crujías y dos alturas, con cubierta a dos aguas. Sorprende el formalismo clásico de la fachada principal con sus grandes ventanales y su porte señorial. Este cuerpo, al igual que el resto de edificaciones anexionadas, se realizará de fábrica de ladrillo. En esta época se construye la gran chimenea de ladrillo de fuste octogonal aristado con ladrillos tintados de almagra cuya estabilidad a día de hoy es más que dudosa, ya que ha empezado un proceso de desplome.

En el interior no quedan rastros de muelas o maquinaría que puedan atestiguar su historia como molino de pleno rendimiento. El entubado de la acequia de Mestalla así como el abandono de la pequeña balsa formada antes de la entrada del agua a través de los carcaus, también desaparecidos, no ayudan a tener una idea de la entidad de este casal.

Según revisión simplificada del Plan General, el edificio representa uno de los ejemplos de la arquitectura hidráulica histórica valenciana y se encuentra en uno de los parajes conservados de la huerta tradicional de Campanar, por ello está incluido en el Catálogo de bienes y espacios protegidos de naturaleza rural con nivel de protección: Bien Relevancia Local (BRL), Decreto 73/2006, de 26 de mayo.